Está situado a más de 800 metros sobre el nivel del mar, esto genera una amortiguación térmica muy importante, que nos proporciona por un lado temperaturas medias más bajas y lo que es más significativo, una gran amplitud térmica entre la noche y el día en los meses de verano, lo cual se traduce en una maduración óptima de nuestras uvas, permitiéndonos la producción de vinos con una acidez natural bien marcada y muy aromáticos.
El perfil de nuestro suelo es areno-arcilloso con un fuerte componente calizo en el subsuelo procedente de una gran roca madre caliza que emerge hasta la superficie proporcionando un terreno pedregoso. Gracias a esta combinación, podemos obtener vinos frescos y minerales.
La zona de Ronda presenta un clima Mediterráneo con temperatura media anual de unos 15 grados y precipitaciones que suelen variar entre los 700 y 900 mm/año. Hay una cierta influencia del Mar Mediterráneo y al encontrarnos en una parte elevada disfrutamos de vientos durante todo el año
Nuestra convicción a la hora de manejar el viñedo, es tratar de respetar lo máximo posible nuestro entorno, así como generar un suelo vivo, que nos permita seguir obteniendo buenos resultados con el paso de los años a la vez que cuidamos nuestro entorno.
Desde el año 2016 comenzamos la búsqueda de parcelas centenarias de Moscatel de Alejandría en la zona de las laderas de Manilva, de la costa malagueña, con la intención de elaborar blancos secos muy aromáticos. En esta zona poco explotada hasta la fecha para la producción de este tipo de vinos hemos encontrado características muy interesantes que ya desde 2017 se han materializado en uno de nuestros vinos.
Comienza en el año 2016, del sueño de dos jóvenes enólogos, con la intención de ofrecer algo nuevo y fresco en la Serranía de Ronda. Su idea era clara, conseguir vinos que expresen las características tan especiales y únicas que posee el terruño de la zona, un lugar privilegiado con mucha historia y un gran potencial vitícola donde desarrollar su manera de entender la enología. Para ello trabajan fundamentalmente vinos monovarietales en los que se puede encontrar la personalidad de las distintas variedades en su interacción con el terreno. Miman el viñedo durante todo el año para conseguir la mejor uva posible, luego en bodega hacen uso de diversas técnicas de elaboración, cuidando al máximo todos los detalles y obteniendo así un producto de calidad muy artesanal y exclusivo. Se pueden considerar vinos de autor, son elegantes, modernos y expresivos, acompañados de un diseño innovador.
Enologo
Enologo
SIMBAD y MANUEL, son buenos amigos desde los 4 años, tras terminar sus estudios de enología, deciden comenzar una vuelta al mundo muy particular que durará 8 años y que los llevó por diferentes países de importancia vitivinícola (Italia, Argentina, Francia, EEUU, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y España), con la intención de aprender las diferentes formas de trabajo en cada lugar y adquirir una visión amplia sobre la viticultura y las técnicas de elaboración que se practican. Durante este tiempo han trabajado con profesionales de nombre internacional realizando dos vendimias al año y adquiriendo una dilatada experiencia que los ha llevado a convertirse en dos grandes enólogos. Su idea siempre fue la de volver a su tierra y aplicar todo ese conocimiento para el desarrollo de este proyecto personal, con la convicción de aportar su granito de arena para llevar el vino andaluz a una posición internacional alta y competir con los mejores vinos del mundo. Son dos personas que aman su trabajo y le ponen mucha pasión a lo que hacen, además actualmente asesoran también otros proyectos, realizando vinos muy interesantes.